Más no se podía pedir a una noche memorable, y madrileña. La trompeta del neoyorkino Jerry González sonaría sin micrófono de voz, todo un acústico claro y sincero. Algo mágico entre espectador y artista se consumó para que la memoria, a veces traicionera, pueda escuchar siempre que quiera, eterna, no el sonido de la trompeta y del fiscorno de Jerry, si no versos hechos jazz, ritmo y swing de un poeta del jazz, del genio de Nueva York con raíces puertorriqueñas, en Madrid, su casa, en la sala que lleva el nombre del poeta de Poeta en Nueva York. Una asociación entre lo real y lo onírico se citó en la Sala García Lorca, en el ciclo Flamenco en La Frontera de la Fundación Casa Patas. Y, lo dicho, ¡no se podía pedir más! La trompeta de Jerry en la tierra se convertiría en gloria celestial en la sala que lleva el nombre del poeta.
Todo este compendio iría acompañado de los instrumentos de dos grandes artistas, Javier Colina al contrabajo, y la percusión de Israel Suárez “Piraña”. Descaro al servicio del jazz y del flamenco con la experiencia en mil batallas hechas saraos. Con sus ritmos que nacen del talento innato, de la pasión y del trabajo, que se alojan como el Poema de la Saeta (cante Jondo) de García Lorca, a ritmo vivo, ardiente y pausado, directo al corazón. Rememorando el poema “Noche”, del poeta de la generación del 27: cirio, candil, farol y luciérnaga.
Mencionar como primera fuente, y de gran ayuda para un escribidor, la presencia constante con su sabiduría y matices de dos de las personas que me acompañaban a ambos lados de dos mesas que en la fila primera, Martín Guerrero -hijo del fundador, y autor de múltiples imágenes en el Flickr, “book” Casa Patas, amigable, atento y gran anfitrión nos había preparado- . Julio de la Casa, amigo, montador de televisión y fotógrafo de las imágenes en blanco y negro del post de Walking Madrid, y Carlos Aguilar, escritor entre otros de “Cine y Jazz” y donde habita un pasaje sencillo, sinóptico, que el propio escritor de su “Cine y Jazz”, nos ha proporcionado: las películas donde tiene más lucimiento Jerry González son «Calle 54», de Fernando Trueba, y «Guitarra de palo», de Andrea Zapata-Girau; la primera en un registro de latin-jazz, la segunda como rastreo del flamenco-jazz.
En un edificio de mediados del S XIX con sus escaleras de madera, un toque añejo ideal para la idea y branding de Casa Patas (situado entre el eje Cibeles Paseo del Arte, Plaza Santa Ana, la calle Atocha y la Plaza Tirso de Molina), con la Fundación Conservatorio Fundación Flamenco Casa Patas – si bien como nos comentó Martín Guerrero , suelen utilizar el nombre abreviado, Fundación Casa Patas- como conservatorio y escuela de música, y lema académico que aúna todas las actividades relacionadas con el toque, el cante y el baile de este arte.
En La Sala Federico García Lorca, con unas condiciones artísticas apropiadas y con capacidad para 100 localidades, se escucharon entre otros temas: Drume Negrita, Verdad Amarga, y Caravan de Duke Ellington. Momentos intensos que no se olvidan como apuntamos en los primeros párrafos, se queda en la memoria, en la retina y no se borra, permanece. Fue así, que el post en el blog de Walking Madrid se realiza dos meses después para posponer el disfrute de recordar esa noche y tener más cerca un segundo ciclo “Flamenco en la Frontera”. Todo un éxito. Como nos proporcionó Antonio Benamargo, “Flamenco de Hoy” programador, coordinador de la parte artística: Con la entrada del nuevo año nos embarcamos en la programación de un nuevo ciclo para la Sala García Lorca, con artistas que, perteneciendo al Planeta Flamenco, mantienen un diálogo fronterizo con el Jazz, el Swing y la World Music en general. Dan cuerpo al flamenco en la frontera grandes solistas como el gaditano Chano Domínguez, el madrileño Jorge Pardo y el neoyorquino Jerry González, y la refrescante presencia de Ole Swing como punto de encuentro entre el Gipsy-Jazz y la música popular. Es un honor para nosotros programarlos en nuestro escenario flamenco.
Indicar que la producción de la programación de la Sala García Lorca es a cargo de la Fundación Casa Patas, con el patrocinio de Casa Patas. Se trata de una actividad sin ánimo de lucro, como todas las que produce la fundación, toda vez que esta entidad es propiamente dicha e inscrita en el Registro de Fundaciones del Ministerio de Cultura.
Y en la fascinante noche del viernes 31 de enero de 2014 se genera el mestizaje entre culturas, músicas, músicos… el concepto y esencia de “Flamenco en La Frontera” para la evolución y fusión de diferentes estilos; el diálogo fronterizo.
Dejamos una cita de García Lorca cambiando jazz fusión por poesía, y acordes por palabras: Jazz es la unión de dos acordes que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio.
Y uno de los temas mágicos que sonó para concluir este post en el blog de Walking Madrid: Bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche la última vez. Pero con la trompeta, la percusión y el fiscorno de Jerry González en distintos lapsos, el contrabajo de Javier Colina y la percusión de Israel Suárez “Piraña” (Tararara tarararara tararararararararara)”. (Tararara tarararara tararararararararara)”, que tengo miedo a perderte, perderte después.
Texto: Dani MoralesFotografía: Julio de la Casa